miércoles, 20 de abril de 2011

Detrás de un intento de suicidio.

Estoy harta de escuchar a la gente llamar "cobardes" a quienes se han suicidado o lo han intentado, el argumento es que lo fuiste al no querer enfrentar tus problemas, no saben como es la realidad.
Desde luego, no todos los casos son iguales, están los que quieren llamar la atención, o quienes hacen burradas solo por seguir modas y perten ecer a tribus urbanas, también quienes tienen un desengaño amoroso, y los más problemáticos, quienes sufren de depresión.
Estar depremo triste por que te deja tu novio/a, porque no tienes pasta, porque has sacado una mala nota o te han reñido, es NORMAL, estar triste no es estar deprimido!!!, en los casos que mencioné hay una acción-reacción, y muchas veces son causas revocables.
Yo ni en mi peor desengaño amoroso o la peor pelea con mis padres intente nunca matarme, me enfadaba  me frustraba, sí, pero no a ese extremo.
Yo lo intenté, y lo hice de forma que (según yo) no podía fallar, ¿qué me llevó a esto?, que estaba deprimida. Como ya había escrito antes, quienes padecemos TLP tenemos dificultades serias para regular y moderar nuestras emociones, así que si digo que estaba deprimida, es que estaba muuuuy deprimida.
Recuerdo esa sensación, me pesaba todo, me dolía todo, cada paso, cada respiración, cada parpadeo me representaban un máximo esfuerzo, y me dolían, sentía al moverme como si mis huesos estuvieran hechos astillas y se me clavaran, el choque de las plantas de mis pies contra el suelo para andar era intolerable, y la respiración... era como cuando respiras aire muy frío, dolía, escocía, me representaba un esfuerzo impresionante, existir era un esfuerzo y un problema, y en la rotación de sentirme así, fue que, de forma espontánea y sin pensarlo ni premeditarlo, intenté morir.
La decisión la tomé sobre la marcha, una noche que me sentía realmente mal, y comencé a tomar las pastillas con alcohol, no dejé nada preparado, ninguna carta ni notas, no dejé la puerta abierta para que pudieran entrar, no le dejé comida al gato, quería irme... y punto.  El caso es que me rescataron y me llevaron al hospital.
Ahora viene lo peor... cuando fallas y tienes que afrontar las consecuencias de tus actos.  Al llegar al hospital, me metieron rápido en un box, los médicos y las enfermeras me miraban mal, y lo entiendo, ellos trabajan para que la gente viva, y yo había intentado hacer lo contrario.  Me desvistieron y me pusieron una de esas batas casi transparentes, me pusieron suero en cada brazo y lo peor de todo, me pusieron una sonda nasogástrica, es un tubo delgado de plástico semirígido que se introduce en una fosa nasal, con el fin de bajar hasta el esófago y ayudar a vaciar el estómago, es horrible, notas como te molesta en la naríz, y sentir cómo va bajando es un suplicio, te dan agua en una jeringa para que tengas que tragar y se abra la garganta, pero es horroroso.  Una vez puesta la sonda, empezaron a lavarme el estómago, te ponen agua por la sonda y la dejan salir, y una vez lavado, te ponen una sustancia que se llama "carbón activado", que es negra y espesa, con sabor metálico, y te cierran la sonda para tenerla a mano cada vez que tengan que ponerte el carbón. Todo esto pasó en cuestión de pocos minutos, después perdí la conciencia.
Cuando desperté, ya estaba en el área general de urgencias, no me dejaban levantarme a nada, incluso para ir al lavabo tenían  que llevarme en la camilla y ponerme una cuña.
Estuve toda la noche en el área general, y una vez estabilizada la situación médica, como a las 5 de la tarde me llevaron a valoración por el psiquiatra de guardia.  Mi ex, que me acompañaba, estaba derrumbado, pidió que me ingresaran por que no podía más conmigo, ya no vivíamos juntos, y explicaba como cada vez que venía a casa tenía cortes recientes, y cada vez una mayor cantidad de botellas de vino vacías, determinaron que mi estado era muy grave, sobretodo por que cuando me dijeron que qué pensaba de lo que había hecho, dije que de entrada no lo haría por no volver a pasar por lo mismo, pero sólo por eso.  Me determinaron como paciente problemática y aguda, y me ingresaron en la planta de psiquiatría, donde yo era la más cuerda.
Convivir todo el día con compañeros de habitación, con el pijama del hospital, comiendo de bandejas, teniendo que estar en salas comunes, paseando por los pasillos con gente que igual te pega un chillido cuando pasas, fué muy duro, afortunadamente se arregló mi traslado a una clínica privada.
Me trasladaron en ambulancia después de una semana aprox, nada más llegar me asignaron una habitación de vigilancia, había una cámara con sensor de movimiento que me seguía por la habitación, y me mantenían cerrada la puerta del baño, tenía que pedirles a las enfermeras que me la abrieran cuando quería usarlo.  Nada más llegar, las enfermeras me desvistieron y buscaron en la ropa objetos punzocortantes o pastillas o cualquier otra cosa peligrosa, tuve que abrir la maleta y me quitaron todo lo que no podía quedarme, lociones con alcohol, maquillaje con espejo (la maleta me la preparó mi ex, yo estaba ingresada), cepillos que pudieran romperse, cordones, ropa elástica (no vieron que el pantalón de un pijama era tipo leggins, fué con él con que más tarde intenté ahorcarme en la habitación), y me llevaron a conocer a quienes serían mis compañeros de ingreso por 2 meses.  Estuve incomunicada 2 semanas, hasta que poco a poco fui adquiriendo derechos.
Esto es lo que pasa detrás de la "cobardía" de querer morir, no tienen ni idea de lo que tienes que tener para ver las pastillas en tu mano y llevarlas a la boca y tragarlas, sabiendo que no hay vuelta atrás aunque intentaras arrepentirte, o de cortarte sabiendo que te desangrarás, o de echarte un nudo al cuello sabiendo que antes de morir te retorcerás de dolor porque no sabes hacer un buen nudo, o de meterte una pistola en la boca sabiendo que al 1...2...3, te despedirás de todo y todos, se tiene que tener un parm la única cobardía que veo yo en estos casos, por experiencia propia, es el de no hablar con nadie y contar lo que nos pasa o cómo nos sentimos por miedo al rechazo o al qué-dirán.

3 comentarios:

  1. Bueno, una vez más comparto contigo lo que escribes. Si me lo permites quisiera opinar igual. Creo que se debería mandar un mensaje de que no es una situación de cobardía ni de valentía, sino de vernos en una situación brutalmente límite. Aquí nadie es ni cobarde, ni egoista, ni nada de esas cosas que, quiero pensar que por ignorancia, te van soltando. Es verte de frente con la desesperación más bestia que ningún ser humano debería padecer. Es sentir que estas peor que muerto en vida y simplemente necesitar parar eso de alguna forma y no saber como. Bueno, yo te entiendo. El caso es que a veces, la gente debería parar, informarse y ser mas cautelosa con lo que dicen pq pueden hacer daño. Bueno ya paro, q me paso con los comentarios. Es que es la primera vez que alguien habla de algo que puedo sentirme identificada uf que alivio!, pero perdona por la extensión. Un bsito :)

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  2. Estoy muy contenta que estés aquí, ahora, escribiendo y compartiendo todo esto. Muy contenta de haberte encontrado. Enlacé tu blog y miro cada día a ver si lo has actualizado. No dejes de escribir vale. A mi me estás ayudando mucho. Gracias. :)

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  3. En verdad no sabes el bien que me hace leer esto, una de las cosas peores que pasas cuando se atraviesa una situación así, es el pensar que sólo te pasa a tí, o que te estás volviendo loca. Recuerdo no reconocerme en el espejo, o ver a la gente de la calle como si fueran personajes de una peli de animación y pensar... me estoy volviendo loca!!, y eso es desesperante. Esto no es específico del TLP, pero en la terapia de grupo, mi ansiedad bajó mucho cuando el resto de compañeras comentaron que pasaron por lo mismo y pude pensar "vale, es un síntoma de una enfermedad, no es que se me vaya la pinza. Por cierto, me identifico plénamente con tus palabras, de decir que es como si todo fuera a peor y sintieras que debes hacer lo que sea para pararlo. Gracias por tus palabras.

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